Era una costumbre muy arraigada en Paterna hasta mediados de los años 60.Tras el encalado de las casas y cuevas, con un pincel, se bordeaba la parte baja de las paredes que tocaban el suelo de las casas, cuevas y chimeneas, con una mezcla caldosa de cemento y agua "Fer el Macarró".Quedaba un bonito enmarcado de color gris. |
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